El fin de la moratoria concursal publicado el pasado 30 de junio, ha supuesto que en julio se dispare el número de concursos de acreedores, registrándose en dicho mes 774 concursos y 1.790 disoluciones, según Informa D&B. Esto supone un ascenso en términos interanuales del 25% y del 32% respecto al mes anterior: todo apunta a un otoño con crecimiento de la morosidad y juzgados colapsados con empresas en concurso voluntario.

A la vista de este cambio en la legislación, es vital revisar a fondo nuestras finanzas y sobre todo la situación de tesorería, así como la viabilidad de nuestras empresas y proyectos, porque en tan sólo unos días (el 1 de septiembre), desaparece el blindaje judicial que el gobierno instauró a causa de la pandemia y solo van a subsistir aquellas empresas que:

• Sean rentables y, por tanto, viables en el tiempo.
• Sepan manejar las tensiones de liquidez.
• Sepan adaptarse a entornos y mercados en constante cambio.
• Tengan su rumbo guiado siempre por una buena planificación estratégica.
• Y sobre todo, que sepan gestionar la incertidumbre porque nos enfrentamos a retos operacionales cada vez más complejos: colapsos en la cadena de suministro, precios casi prohibitivos en suministros clave como la energía o el combustible, IPC desbocado (ya en 2 dígitos) que encarece los costes de producción y hace perder poder adquisitivo a las familias, etc.

Sin duda, estamos ante un entorno económico preocupante y convulso, que amenaza, según los indicadores adelantados de julio, la llegada una recesión técnica en el último trimestre del año/primer trimestre 2023.  Algunos de estos indicadores son: elevada tasa de paro incluso en julio (a pesar del turismo: 14,3%, el doble que la de la OCDE), subidas de tipos de interés en el BCE, deuda sobre PIB situada en el 116 % en junio en España …).

Es clave anticiparse con velocidad y tomar decisiones, para no convertirnos en una empresa zombi que termine muriendo por insolvencia.

En AMG contamos con un equipo multidisplinar de directivos de dilatada experiencia en reestructuraciones que pueden ayudarte a gestionar, sin traumas, un cierre ordenado, si verificásemos tras el diagnóstico, que no hay otra solución que concursar.

Si detectásemos posibilidades de reflotación, nuestro equipo de interims ejecutaría acciones tales como: reestructuración del pool bancario, localización de liquidez, búsqueda de inversores (procesos de adquisición o fusión de compañías), venta de la compañía o de algunas de sus unidades de negocio, deslocalización, gestión de stocks e inmovilizado. A veces la solución es buscar un compañero de viaje, realizar alianzas estratégicas. Estamos acostumbrados a trabajar con fondos de inversión de capital riesgo privados (podemos ayudarte a prepararte para afrontar una Due Diligence con éxito y a buscar sinergias).

Otras veces hay que cambiar el modelo de negocio, la política de ventas, en definitiva, transformaciones transversales que suelen ir ligadas además, a cambios de cultura empresarial. Detrás de toda crisis hay oportunidades y procesos de transformación, pero hay que poder detectarlos y ejecutarlos con los profesionales adecuados.

El fin de la moratoria concursal con el verano de por medio como hándicap, no ha dejado mucho tiempo para reaccionar… ¿Hablamos? ¿Tomamos decisiones juntos?