Empresa familiar que, tras una disputa de socios, entra en Concurso de Acreedores. Disminución de la plantilla (ERE), catálogo de puestos de trabajo. Separación entre el perfil de propietario y trabajador. Implantación de un proceso de innovación. Refinanciación de la deuda. Gestión y aprobación del Convenio de Acreedores. Expansión internacional. Implantación de un ERP. Recuperación de beneficios tras varios años de pérdidas continuadas. Rescate de valores familiares y aseguramiento de la continuidad. Formación y profesionalización del equipo directivo.
La segunda y tercera generaciones asumen puestos de responsabilidad junto con directivos externos profesionales. Se asume la separación entre familia, responsabilidad y trabajo.